
https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_Calatrava
La
Orden de Calatrava es una
orden militar y religiosa fundada en el
Reino de Castilla en el
siglo xii, en el año
1158, por el
abad Raimundo de Fitero, con el objetivo inicial de proteger la villa de
Calatrava, ubicada cerca de la actual
Ciudad Real. Pertenece al grupo de las
órdenes cistercienses y, en la actualidad, únicamente tiene carácter honorífico y nobiliario.
La Cruz de Calatrava, emblema de la orden
La
Cruz de Calatrava es un símbolo utilizado por la
Orden de Calatrava y la
Orden de Montesa (ésta en color negro), así como por la
Orden de Predicadores. Consiste en una cruz griega (antiguamente era latina) con los cuatro brazos iguales, de
gules y flordelisada (con
flores de lis en los extremos de los brazos).
Historia
Esta cruz aparece en numerosos
escudos y
banderas de poblaciones del
Campo de Calatrava, comarca en la
provincia de Ciudad Real que perteneció a la Orden de su nombre, como
Almagro,
Aldea del Rey,
Daimiel,
Miguelturra,
Almadén,
Valdepeñas,
Almodóvar del Campo,
Argamasilla de Calatrava,
Calzada de Calatrava y
Granátula de Calatrava[1], y también en la bandera de la
Ciudad de Buenos Aires. Igualmente se encuentra en viejas casonas cántabras, como en el caso del pueblo de
Esponzues, y figura en el escudo de algunas familias particulares como la
Bascuñana.
También se considera un símbolo representativo para la comunidad Dominica. En la
Universidad de Santo Tomás de
Bogotá
se celebra un Festival de la Canción Gran Cruz de Calatrava, que en
2012 va por su XVIII edición y en el que los estudiantes participan con
sus habilidades
[2].
En la Orden de Calatrava esta fue de color negro hasta el siglo XV cuando pasó a ser representada de color rojo.
Historia
Su origen se debe a un gesto heroico. La ciudad de
Calatrava, junto al río
Guadiana, había sido arrebatada a los árabes por
Alfonso VII en
1147. Dada la importancia estratégica del lugar como baluarte avanzado de
Toledo
ante los moros, tras la corta posesión por parte de ciertos magnates,
el rey quiso asegurar su defensa entregándola en 1150 a la
Orden del Temple,
ya que por aquellas fechas no existían los ejércitos regulares, ni era
fácil poblar las zonas de frontera. Unos años más tarde, ante el empuje
islámico, el Temple dio la empresa por perdida, y devolvió la fortaleza
al sucesor de Alfonso, el rey
Sancho III.
Ante la situación creada y el inminente peligro, éste reunió a sus
notables y ofreció Calatrava a quien se hiciera cargo de su defensa.
Entre la sorpresa y las bromas de los nobles,
Raimundo, abad del
monasterio cisterciense de Fitero, alentado por el monje de su monasterio
Diego Velázquez,
que había sido anteriormente guerrero, aceptó el reto. Al no haber
alternativa, el rey cumplió su palabra, entregando Calatrava a los
monjes de Fitero mediante donación realizada el 1 de enero de 1158 en
Almazán.
Ellos, por su parte, formaron en poco tiempo un ejército de más de
20.000 monjes y soldados, uniendo, a los que había conseguido organizar
fray Diego Velázquez en las cercanías de Calatrava, los que había
reclutado Don Raimundo en el
reino de Aragón. Ante tal multitud, los árabes rehusaron entrar en batalla, retirándose hacia el sur.
Como el compromiso de defender Calatrava se mantenía y resistiéndose
con el tiempo los caballeros a tener por superior a un Abad del Císter y
vivir entre los monjes, decidieron elegir un Maestre de la Orden. Los
monjes se retiraron a
Ciruelos y los caballeros a
Ocaña, donde se convirtieron en una Orden militar, la primera hispana, que adoptó el nombre propio del lugar. El primer
Maestre de la Orden fue
Don García,
que obtuvo del Císter y del Pontificado la primera regla. Esta regla,
modelada sobre las costumbres cistercienses para hermanos laicos, impuso
a los caballeros, además de las obligaciones de los tres votos
religiosos (obediencia, castidad y pobreza), las de guardar silencio en
el dormitorio, refectorio (comedor) y oratorio; ayunar cuatro días a la
semana, dormir con su armadura, y llevar, como única vestimenta, el
hábito blanco cisterciense con una sencilla cruz negra (luego roja, a
partir del
siglo xiv) «flordelisada»: una cruz griega con
flores de lis en las puntas, que en el
siglo xvi se configuró definitivamente como hoy se conoce.
La fortaleza de
Zorita de los Canes y todo su alfoz fueron concedidas a los calatravos por
Alfonso VIII
en 1174, para proteger, tras dos años de incursiones de los almohades,
toda la frontera este del Tajo. En abril de 1180 el mismo rey concedió
fuero a Zorita.
En 1179
Alfonso II de Aragón cedió el castillo de
Alcañiz a la Orden de Calatrava en premio a sus servicios contra los moros.
La
Dehesa de Abenójar y su término fueron concedidos en 1183 por Alfonso VIII a esta orden y hasta 1814 —que el término fue recuperado por el
Infante Don Carlos— el pueblo pasó a llamarse Abenójar de Calatrava. Como constancia de este hecho, se puede ver la
Cruz de Calatrava realizada en forja en uno de los tejados de la
iglesia del pueblo.
Desde su fundación hasta principios del
siglo xiii la Orden experimentó una serie de altibajos. Tras la derrota cristiana sufrida por Alfonso VIII en la
Batalla de Alarcos (1195), incluso tuvo que evacuar sus posesiones y retirarse a
Ciruelos (
Toledo). Tras un golpe de mano, varios caballeros de la Orden, con
Martín Pérez de Siones a la cabeza, tomaron por sorpresa el
castillo de Salvatierra,
transladando allí su convento y sede, que mantuvieron en su poder
totalmente aislado de socorros, hasta 1211. Por ello, durante esos años,
la Orden adoptó el nombre de
Orden de Salvatierra.
La Orden alcanzó su afianzamiento definitivo tras la
Batalla de las Navas de Tolosa (1212), cuando fijó su sede en la nueva y más segura fortaleza de
Calatrava la Nueva (1218) (en el antiguo
castillo de Dueñas,
por frente del castillo de Salvatierra), que fue construida por
prisioneros musulmanes en su mayor parte, y que ya nunca abandonaría.
La antigua sede de Calatrava, origen de la Orden, junto al
río Guadiana, pasó a convertirse en la sede de una
Encomienda, y desde ese momento pasó a ser conocida como
Calatrava la Vieja.
En poco tiempo, sus grandes recursos humanos y económicos dieron a la
Orden un enorme poder político y militar, que duró hasta el final de la
Reconquista.
Disponía de tierras y castillos a lo largo de toda la frontera de
Castilla y Aragón, ejercitando un señorío feudal sobre miles de
vasallos. Era capaz de aportar, a título individual, hasta 2000
caballeros al
campo de batalla, una fuerza considerable en la
Edad Media.
Además, disfrutaba de autonomía, lo cual trajo consigo diversos
enfrentamientos con los reyes, dado que la Orden no les obedecía a
ellos, sino al Maestre. Sólo se reconocían superiores espirituales: el
abad de
Morimond (
Francia) y, en último término, el Papa.
A partir del año 1228 la Orden de la Calatrava pasó a contar con encomiendas en
Andalucía tras serle concedidas por el rey
Fernando III las plazas de
Martos, (Higuera de Calatrava (antigua de Martos)),
Porcuna,
Víboras y
Alcaudete, en agradecimiento por los servicios prestados en la Reconquista. Asimismo a lo largo de los siglos
xiv y
xv, los calatravos fueron extendiendo sus dominios andaluces con la creación de nuevas encomiendas en Jaén (
Lopera,
Jimena,
Arjona, etc.), Córdoba (
Fuente Obejuna,
Belmez,
Villafranca de Córdoba, etc.) y Sevilla (
Osuna).
Fernando el Católico logró ser elegido Maestre de la Orden en 1487 por una bula papal, y a partir de él todos los
reyes de España revalidaron el título.
Bajo el mando de los sucesivos monarcas, y con la reconquista de la
península finalizada, gradualmente fueron desapareciendo tanto el
espíritu militar como el religioso. Con el tiempo, su única razón de
existir era la generación de ingresos, procedentes de sus grandes
dominios, y la conservación de sus reliquias.
Confiscados los bienes de la Orden por disposición de
José I en 1808, fueron restituidos en 1814 por
Fernando VII, para acabar definitivamente
secularizados en 1855 por
Pascual Madoz. La
Primera República Española
suprimió la Orden, que se restableció en 1875 con el Papado como
encargado de regular su disciplina interna. En la actualidad, la orden
es una institución honorífica.
Dignidades
Las altas dignidades de la Orden fueron apareciendo con el devenir de
los años, siendo confirmadas en los estatutos definitivos (1467). Por
orden de jerarquía, eran las siguientes:
- Maestre
- Autoridad suprema de la Orden. Otorgaba las encomiendas, confería
hábitos y prioratos, administraba justicia a todas las personas
pertenecientes a la Orden, vasallos incluidos. El cargo era electivo y
vitalicio. La Orden tuvo un total de 30 Maestres hasta la fecha de unión
con la Corona española.
- Comendadores Mayores de Castilla y Aragón
- Primeras autoridades, después del maestre, en las encomiendas de sus respectivos reinos.
- Clavero
- Su misión era guardar y defender el castillo y convento mayor de la
Orden, es decir, su sede de Calatrava la Nueva. También era
lugarteniente del maestre. Palacio de Clavería
- Prior
- Encargado de la cura espiritual de los caballeros. Representaba al abad de Morimond.
- Sacristán
- Encargado de la custodia de las reliquias de la Orden, vasos sagrados y ornamentos.
- Obrero Mayor
- Encargado de las construcciones.
Maestres de la Orden
- Don García (1164–1169)
- Fernando Icaza (1169–1170)
- Martín Pérez de Siones (1170–1182)
- Nuño Pérez de Quiñones (1182–1199)
- Martín Martínez (1199–1207)
- Ruy Díaz de Yanguas (1207–1212)
- Rodrigo Garcés (1212–1216)
- Martín Fernández de Quintana (1216–1218)
- Gonzalo Yáñez de Novoa (1218–1238)
- Martín Ruiz de Cevallos (1238–1240)
- Gómez Manrique (1240–1243)
- Fernando Ordóñez (1243–1254)
- Pedro Yáñez (1254–1267)
- Juan González (1267–1284)
- Ruy Pérez Ponce de León (1284–1295)
- Diego López de Santsoles (1295–1296)
- Garci López de Padilla (1296–1322)
- Juan Núñez de Prado (1322–1355)
- Diego García de Padilla (1355–1365)
- Martín López de Córdoba (1365–1371)
- Pedro Muñiz de Godoy (1371–1384)
- Pedro Álvarez de Pereira (1384–1385)
- Gonzalo Núñez de Guzmán (1385–1404)
- Enrique de Villena (1404–1407)
- Luis González de Guzmán (1407–1443)
- Fernando de Padilla (algunos meses de 1443)
- Alonso de Aragón (finales de 1443–1445)
- Pedro Girón (1445–1466)
- Rodrigo Téllez Girón (1466–1482)
- García López de Padilla (1482–1487)
Lugares y monumentos relacionados con la Orden
Situados en la provincia de Navarra (España):
Situados en la provincia de Ciudad Real (España):
Situados en la provincia de Teruel (España):
Situados en la provincia de Castellón:
- Albocácer En 1243 se otorgó en su carta-puebla el dominio a la Orden de Calatrava.
- Bejís
Jaime I de Aragón la cedió a la Orden de Calatrava en 1235 con el
título Encomienda y representación en las Cortes Valencianas, su Carta
Puebla conocida data del 18 de agosto de 1276 concedida a hombres de la
Comenda de Alcañiz a fuero de Valencia en Segorbe.
- Torás,
Teresa y Sacañet-Canales pertenecieron a la Encomienda de Bejís (Orden
de Calatrava) hasta marzo del año 1843 en que se emanciparon de su
matriz Bejís, formando sus ayuntamientos constitucionales.
Situados en la provincia de Jaén (España):
- Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad (Jamilena).
Reconstruida hacia 1559 sobre una antigua iglesia medieval por orden de
Carlos V, quien inicialmente tenía proyectado hacer un convento de
monjas calatravas precedentes de Burgos. Esta iglesia es obra del
arquitecto Francisco del Castillo, «el Mozo».
- Castillo de la Peña (Martos).
Levantado sobre las ruinas de otros primitivos castillos de origen
árabe e ibero-romano. Se sitúa en la cima del peñón que le da nombre, a
unos 1000 metros de altitud. Su situación estratégica hace que este
castillo fuese el principal bastión defensivo de la Orden frente al
reino nazarí. También en este castillo, según una leyenda, Fernando IV de Castilla condenó a muerte injustamente a los Hermanos Carvajales, Comendadores de la Orden, lo que misteriosamente le costó la vida al monarca.
- Castillo de la Villa (Martos).
Su origen es anterior a la orden, pero fue con la Orden de Calatrava
cuando se produjeron las mayores reformas y ampliaciones en él. El
castillo se unía a la peña de Martos mediante murallas, quedando la ciudad resguardada. Junto con el Castillo de la Peña fue muy importante frente al reino nazarí.
- Torre Nueva y Castillo de Porcuna.
Es una torre medieval de grandes dimensiones, construida por la Orden
de Calatrava, entre 1411 y 1435, e inaugurada por su comendador Luis de Guzmán,
se encuentra en el extremo este del monumental Castillo de Porcuna
adosado a la Puerta de Martos, entrada este de la ciudadela. En su
tiempo fue el mejor defendido de la Andalucía cristiana. Por ello fue
residencia estable de diversos comendadores calatravos y de ahí que en
dicha fortaleza estuviera preso varios meses, hacia 1485, el último rey
de Granada, Boabdil «el Chico», tras caer prisionero en la batalla de Lucena.
Alcanza 28 m de altura sobre una planta octogonal, con dos estancias
superpuestas en el interior, cubiertas con bóvedas góticas. En el
exterior presenta unas ventanas mudéjares, finamente labradas. Debajo
hay una cruz de Calatrava, con dos eslabones labrados en sus ángulos
inferiores y dos relojes de arena a los lados. Posee una terraza con
bello mirador a la campiña. Es monumento nacional desde 1982, y contiene
el Museo Arqueológico Municipal de Obulco, donde se guardan restos de la época prehistórica, ibera y romana.
- Iglesia de San Benito (Porcuna).
Sintetiza fielmente el espíritu cisterciense de la Orden de Calatrava.
Fue Priorato y Monasterio Benedictino. Se trata de una iglesia románica
tardía y en ella se llegaron a reunir todos los caballeros calatravos en
diversas ocasiones. Posee dos nave en forma de «L» (la principal con
bella arquería de arcos y capiteles con motivos vegetales) y campanario
con cubierta del siglo xviii.
- Higuera de Calatrava: Castillo
e Iglesia de la Inmaculada Concepción. Del castillo queda en pie la
Torre del Homenaje del siglo XIV. El escudo de la Casa de Padilla campea
en la cúpula del altar mayor de la iglesia. Esta cuenta con una
cabecera gótica tardía vinculada al gótico levantino de la iglesia
arciprestal de Santiago Apóstol en Villena (Alicante). El resto es obra del arquitecto giennense Benito del Castillo de finales del siglo xvi.
- Castillo de Begíjar.
Esta fue una de las primeras concesiones que hizo Fernando III a la
Orden de Calatrava tras su conquista en 1226, además de otras heredades y
pertenencias.
Situados en la provincia de Guadalajara ( España):
- Castillo de Zorita de los Canes.
El castillo (de origen andalusí) domina un vado del Tajo y es donado a
la Orden por Alfonso VIII en 1174, convirtiéndose en «Cabeza de
Encomienda». A lo largo del Medievo, asistirá a luchas entre diferentes
facciones de la Orden. Ya en el siglo xvi, Felipe II lo enajena a Ruy Gómez de Silva.
Su estado actual es ruinoso, aunque no impide atisbar la grandeza y
extensión de lo que un día fue. Aún son visibles la capilla calatrava,
aljibe, pozo, torre albarrana septentrional, antiguo albácar islámico,
paramentos emirales y califales, etc.
- Monasterio de Monsalud, Córcoles. El Monasterio de la Orden del Cister, fue lugar de refugio y sepultura del 4º Gran Maestre de la Orden Nuño Pérez de Quiñones (1182–1199) y del Comendador Don Sancho de Fontonova, tras la derrota en la batalla de Alarcos.
Situado en la provincia de Madrid (España):
- Iglesia de la Concepción Real de Calatrava. Construida entre 1670 y 1678 junto al antiguo convento de las Comendadoras de Calatrava. Durante la Revolución Gloriosa de 1868
el Gobierno acordó su demolición, pero en una histórica sesión en el
Congreso de los Diputados el 9 de marzo de 1870, el diputado don Manuel Silvela,
tras un intenso debate, consiguió arrancar al Gobierno el compromiso de
respetar esta iglesia que, gracias a él, se conserva en la actualidad.
Situados en la provincia de Valencia
- Masamagrell. En 1271 se otorgó en su carta-puebla el dominio a la Orden de Calatrava.
Situados en la Región de Murcia:
- Abanilla. Casa de la Encomienda, siglo xviii, sede de la Orden de Calatrava en Abanilla, municipio bajo jurisdicción de la Orden hasta el siglo xix.
Enlaces externos